AUTOPISTA DEL NORTE

POR PEDRO NAZAR

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Los embotellamientos cada vez eran más frecuentes. El parque automotor había crecido tanto en los últimos años que ya era común, y hasta inevitable colapsar, verse de pronto y sin poder evitarlo, envuelto en un atolladero de autos que regresan a la capital. Pero ya casi a ningún conductor le aquejaba eso, los familiares que quedan en casa ya saben que se verán con los que han salido por el fin de semana no el domingo a la noche, como era antes costumbre que volvieran, sino el lunes, o tal vez el martes por la mañana, cuando lograran destrabar el embotellamiento y poder retomar la velocidad propia de los vehículos.

No hay resabios de ira ni resquemores por aguardar dos o tres días tras una hilera de autos y lentamente, por la radio, ir informándose de lo sucedido en algún lugar, más adelante.

Pero si volvés un domingo a la tarde a Buenos Aires, cuando todos quieren retornar a la misma hora en que el sol ya no calienta y un viento frío empieza a sentirse en la tos de los niños y en...

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